En un esfuerzo de crear un Diálogo Nacional sin agenda previa llegan los partidos aun refunfuñando, se sientan sin distanciamiento elemental, un error del escenario e incluso, candidad de participantes, dispuestos a enfermarse con un Coronavirus ligth.
Las imágenes que se difunden del lugar encierran una pregunta elemental porque muestra la carencia de algunos «líderes» que participan en el escenario nacional de tener personas con capacidad a tener a quienes enviar a esos cónclaves que no sean los dueños de cada «cacicazgo».
Vemos, salvo muy raras excepciones, a las caras de siempre, a un nuevo diálogo donde se discutirán los problemas que nunca lograron arreglar recorriendo caminos que nunca llevaron a nada.
Algunos partidos pequeños, representados por sus onmipresentes «cabezas», anuncian que el Diálogo más que todo, servirá de la «necesaria» pero ya insípido «figureo» de mantenimiento del status cuo pero que al final demoestrará, por la falta de interes de la nueva clase votante, que no importa lo que se diga, lo que se publique, lo que se televise, la sociedad va por otro camino y las reuniones serán la Pasarela Partidaria que nadie verá.
